Cubierta del libro

p. 3

EL TRATADO DE PARIS


CONFERENCIAS

PRONUNCIADAS EN EL CÍRCULO DE LA UNIÓN MERCANTIL

en los días 22, 24 y 27 de Febrero de 1904

POR

Don Eugenio Montero Ríos

Presidente que ha sido de la Comisión Española para la celebración del tratado de paz
con los Estados Unidos

Ilustración de adorno

MADRID

R. VELASCO, IMP., MARQUÉS DE SANTA ANA 11 DUP.º

TELÉFONO NÚMERO 551

1904


p. 5

Ilustración de cabeza de capítulo

I

Mi situación personal. — América como país colonial. — Malestar de las colonias. — Primeras insurrecciones en el siglo XVIII. — La isla de Cuba desde principios del siglo XIX. — Política colonial de España. — Juicios de Leroy-Beaulieu y de Humboldt. — La casa de Borbón. — Carlos III. — Su política y actitud respecto á las colonias inglesas. — Profecía del Conde de Aranda. — Los Estados Unidos y la isla de Cuba. — Juicios del Príncipe de la Paz. — La última escena del drama colonial.

Señores:

Empiezo por rogaros que aceptéis la expresión de mi profundagratitud, por la hospitalidad que me prestais.

Es la primera vez que tengo el honor de dirigirme á vosotros; peroel asunto en que me he de ocupar es de un interés tan nacional y detanta importancia, que, obedeciendo hasta al juicio y al criterio áque procuro acomodar mis actos, sin embargo de que tengo el honor depertenecer á una de las Cámaras legislativas del país, me ha parecidomás conveniente, ya por la amplitud de la materia, ya también por elsupremo interés que el asunto tiene en sí para el país, dirigirmeá vosotros sin intermediario de ningún género; porque sip. 6 bien cuando hablamos en lasCámaras hablamos al país, es, sin embargo, cierto que no lo hacemos tandirectamente como puedo hacerlo ante vosotros. Aquí tengo la más firmeconfianza de que me habéis de escuchar con una gran benevolencia y sinespíritu ni pasiones de partido, ni de otro género. (Muy bien, muybien.)

No creais, señores, que yo vengo como hombre político á defenderacto alguno de mi vida en todo lo relativo á las cuestiones coloniales;no. Por las circunstancias, por la índole de mis trabajos, por mispreferencias, por un conjunto de factores que no es necesario siquieraprecisar aquí; yo en mi vida pública no tuve nunca parte directa niindirecta en lo que se refiere al régimen y gobierno de nuestrascolonias; siempre estuve completamente alejado de ellos, y además,ni mis estudios, ni mis aficiones, ni las circunstancias que fueronmarcando el rumbo de mi vida pública, repito, me llevaron á ocu

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